La vida no tiene muchos momentos felices.
Aclaremos...los tiene pero no los sabemos aprovechar.
La vida tiene más bien momentos duros, tristes que son los que van marcando nuestra existencia y de ahí en más nuestro destino, que ya está prefigurado se aclara para oscurecer nuestro panorama.
La luz no solo está al final del camino, también está en los árboles, en las sonrisas infantiles, en un desayuno con tu pareja, en la caricia a tu mascota, en un llamado amigo. Pero no ilumina con todo al corazón.
Todos vivimos con dudas, certezas, quilombos infernales, amores no correspondidos, dolores de cabeza, amigos que incomprendemos, veredas rotas. Todos vivimos con tristezas internas, dolores que de vez en cuando dejan de molestar. Ese dolor a veces es arte, otras es enfermedad, otras imperio, otras fama, otras pobreza, otras riqueza.
No hay secreto. No hay religion sin ciencia y ciencia sin religión. Cada uno tiene una manera de rezar. Cada uno tiene una manera de razonar.
Al polvo vamos porque polvo somos.
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