14/10/24

Diario de un colibrí




"Aprendí que a veces solo nos queda confiar en la marcha para comprobar que alguien nos supo cuidar en nuestra vulnerabilidad cuando no pudimos solos.

Aprendí que tener los pies en la tierra no es tan malo si con el alma aún sabemos volar.
Aprendí que aunque cambiemos de lugar nos podemos sentir en familia, que cuando una situación nos trunca el camino siempre podemos encontrar otros destinos.
Aprendí que podemos ser aprendices y maestros al mismo tiempo .
Aprendí que la vida se trata de lidiar paso a paso con lo incierto .
Aprendí que amar y dejarse amar no es tan difícil como lo cuentan, que bastan unos ojos que te miren desde el alma.
Aprendí que, incluso, cuando nos sentimos vencidos sacamos fuerzas inexplicables para aferrarnos a la vida.
(...) Enseñamos aprendimos y sabemos que al final siempre seremos el amor que dimos."
Diario de un colibrí
CInwololo



Uno de los colibríes más agresivos de Norteamérica. El macho de color naranja brillante y la hembra de color verde y naranja del colibrí rufo son incansables atacantes de flores y comederos, persiguiendo (si no siempre derrotando) incluso a los grandes colibríes del suroeste, que pueden llegar a doblar su peso. Los colibríes rufos tienen una amplia distribución y se reproducen más al norte que cualquier otro colibrí. Búsquelos en primavera en California, en verano en el noroeste del Pacífico y Alaska, y en otoño en las Montañas Rocosas mientras realizan su circuito anual por el oeste.

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