26/8/24
Los caracoles de Patricia
Highsmith tuvo la idea de tener gasterópodos como mascotas cuando vio a dos en una pescadería unidos en un extraño abrazo. (Después diría a un entrevistador de radio que “me trasmiten31 una especie de calma”). Con el tiempo llegó a albergar trescientos caracoles en su jardín en Suffolk, Inglaterra, y una vez se presentó en un cóctel portando un bolso gigantesco de mano quecontenía una lechuga y cien caracoles: sus acompañantes de esa tarde, según dijo. Cuando más tarde se trasladó a Francia, Highsmith tuvo que eludir la prohibición de entrar con caracoles vivos al país, de modo que los introdujo de contrabando, cruzando múltiples veces la frontera con seis o diez criaturas escondidas bajo cada seno.
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