3/9/12

El de los dos monjes probablemente lo conozcan, pero lo cuento de nuevo.


Un día iban caminando, hasta que llegaron a un arroyo junto al que una joven esperaba a alguien que la ayudara a cruzar. Sin dudarlo, uno de los monjes la levantó en vilo y la cruzó, depositándola a salvo en la otra orilla. Los dos monjes siguieron caminando y después de un rato, el segundo monje, incapaz de refrenarse, le dice al primero: "Como sabrás, no se nos permite tocar a las mujeres. ¿Por qué cargaste a esa mujer a través del arroyo?". El primer monje respondió: "Ya puedes soltarla. Eso fue hace dos horas".


John Cage

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1 comentario:

Calavera dijo...

Es como cuando estás en el cine y entra un tipo (tarde, la película ya empezó) y se te sienta en la falda. Hay que avisarle inmediatamente. Si dejás pasar más de 30 segundos, te quedás callado y ves toda la película mudito.

¿No?