La Naturaleza es sabia por eso hay animales que desaparecen, porque sus condiciones de vida se están agotando, por culpa de la Naturaleza o por culpa de las que la intervienen.
Los zoologicos nacieron como lugar de exposicion pero también de estudio y preservacion de ciertas especies, y tengo ejemplos como el panda, el tigre, el condor y el gorila, y se lo hace por medio de proyectos mas o menos interesantes.
Todos estamos de acuerdo con que hay cuidar a los animales pero muy pocos hacen la tarea practica, factica de desarrollarla y los que estudian a los animales, sean biologos, zoologos, veterinarios tienen campo de accion en los zoologicos, quizñas con más adrenalina que en una veterinaria. Obviament econ recursos y un buen plan uno puede ir al Africa a enfrentarse a los cazadores furtivos a salvar a los elefantes o los gorilas plateados como este que ven en la foto, al que le tocó vivir una intervención odontologica para salvarle un canino partido.
La operacion es la misma que se haria para un humano, te duermen, te tratan,te hacen buche, te ponen un torno y te empastan. La diferencia es que al gorila lo tienen con tres litros de anestesia y una magnum en la cabeza por si se despierta y le da por cambiar si dieta frugivora.
Está bien o está mal?
Los señores de la foto decidieron curarlo ya que tenian la posibilidad de darles un tiempo más de vida y así quizás llegaba a dejar preñada una hembra y los gorilas plateados vivirian unos años más.
En zoologico o en la selva. En donde está hoy mejor? En la selva lo carnearian. En el zoologico le sacarian fotos, otra manera de cazarlo.
The amazing moment a zoo dentist removes a painful tooth from a 28-stone gorilla
30/8/08
28/8/08
Gatos con alas
El Daily Mail, diario britanico que lee nuestra amiga m., informa del milagro que sucede en CHina gracias a las olimpiadas, milagro que ilustran las fotos.
Podría ser para usar los gatos como pollos y liebre en restaurantes chinos en la Costa Atlantica Argentina, matando de un tiro un dos generos, el gallus y el lepus.
Dicen que están estresados y que por eso les crecen alas, porque quieren volar del ambiente en que los tiene locos, imaginenlos hablandoles en chino y dandoles de comer pene de caballo o cucarachas en ves del tradicional y tan rico bofe.
Este ejemplar es Hembra y se llama Ka Xu Yah Michi Fush
De Ideas del Sur nos informan que es una buena idea para el proximo año Volando por un sueño, que hicieron todas las alternativas con los gatos que ya se hicieron famosos y que necesitan regentear y armar nuevas carreras.
Podría ser para usar los gatos como pollos y liebre en restaurantes chinos en la Costa Atlantica Argentina, matando de un tiro un dos generos, el gallus y el lepus.
Dicen que están estresados y que por eso les crecen alas, porque quieren volar del ambiente en que los tiene locos, imaginenlos hablandoles en chino y dandoles de comer pene de caballo o cucarachas en ves del tradicional y tan rico bofe.
Este ejemplar es Hembra y se llama Ka Xu Yah Michi Fush
De Ideas del Sur nos informan que es una buena idea para el proximo año Volando por un sueño, que hicieron todas las alternativas con los gatos que ya se hicieron famosos y que necesitan regentear y armar nuevas carreras.
22/8/08
Litros de luz
Obviamente en Brasil
ESTE BLOG APOYA CUALQUIER MEDIDA QUE CUIDE AL MEDIOAMBIENTE
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20/8/08
Chiquillo y Otto
Están practicando para el casting del Cirque de Soleil.
Y para doble de riesgo de Rin TIn Tin en el espacio.
Y para doble de riesgo de Rin TIn Tin en el espacio.
15/8/08
Gatos parecidos a Hitler
Kitler!
mirando la invasión a Rusia
en el putch de Munich
Foto de tapa para el libro Mi laucha (seamus dixit)
en los juegos olimpicos de 1936
cuando se comio la pildora de cicuta
hay más en el link
Cats That Look Like Hitler!
gracias m por el aporte
mirando la invasión a Rusia
en el putch de Munich
Foto de tapa para el libro Mi laucha (seamus dixit)
en los juegos olimpicos de 1936
cuando se comio la pildora de cicuta
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Cats That Look Like Hitler!
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14/8/08
Rin TIn TIn
Aniversario de este perro maravilla. 1918-1932
Su historia arranca el 15 de septiembre de 1918 en Francia. El soldado Duncan, que participaba en la Primera Guerra Mundial, se encontró con 5 cachorros de pastor alemán y su madre, recogió dos y se los llevo al campamento.
Aquellos cachorros recibieron el nombre de Rinty y Nannette. Mientras duraba la contienda, el soldado Duncan se dedicó a adiestrar a los cachorros, impresionado de las habilidades que mostraban. En su regreso a los Estados Unidos se llevó consigo a Rinty y Nannette. Ya en Estados Unidos, Rin Tin Tin protagonizó más de 20 películas, convirtiéndose en uno de los ídolos de la época.
Rin Tin Tin Home
Su historia arranca el 15 de septiembre de 1918 en Francia. El soldado Duncan, que participaba en la Primera Guerra Mundial, se encontró con 5 cachorros de pastor alemán y su madre, recogió dos y se los llevo al campamento.
Aquellos cachorros recibieron el nombre de Rinty y Nannette. Mientras duraba la contienda, el soldado Duncan se dedicó a adiestrar a los cachorros, impresionado de las habilidades que mostraban. En su regreso a los Estados Unidos se llevó consigo a Rinty y Nannette. Ya en Estados Unidos, Rin Tin Tin protagonizó más de 20 películas, convirtiéndose en uno de los ídolos de la época.
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13/8/08
Musica para tocar el cielo
Prelude in d minor- J.S Bach
12/8/08
Cancerbero de Cerbere
Así empieza La Balsa de Piedra de Saramago
Cuando Joana Carda hizo una raya en el suelo con la vara de negrillo, todos los perros de Cerbère empezaron a ladrar, llevando el pánico y el terror a sus habitantes, pues se creía desde los tiempos más antiguos que, al ladrar allí animales caninos que siempre habían sido mudos, estaría pronto a extinguirse el mundo universal. Sobre cómo se había formado la arraigada superstición, o convicción firme, que es, en muchos casos, la expresión alternativa paralela, nadie hoy recuerda nada, aunque, por obra y fortuna de aquel conocido juego de oír el cuento y repetirlo con aire nuevo, las abuelas francesas solían distraer a sus nietos con la fábula de que, en aquel mismo lugar, comuna de Cerbère, departamento de los Pirineos Orientales, ladró, en eras griegas y mitológicas, un can de tres cabezas que al dicho nombre de Cerbero respondía si lo llamaba el barquero Caronte, su contratante. Otra cosa que tampoco se sabe es por qué mutaciones orgánicas habrá pasado el famoso y altisonante cánido hasta llegar a la mudez, histórica y comprobada de sus descendientes de una sola cabeza, degenerados. No obstante, y este punto de la historia pocos lo ignoran, sobre todo si pertenecen a la vieja generación, el Cancerbero, que así en nuestra lengua se escribe y debe decirse, guardaba terriblemente la entrada del infierno, para que de él no osaran salir las almas y, en consecuencia, quizá por misericordia final de dioses ya moribundos, se callaron los perros futuros para toda la restante eternidad, a ver si con el silencio se apagaba la memoria de la infernal región. Pero, no pudiendo lo de siempre durar siempre, como explícitamente nos ha enseñado la edad moderna, bastó que en estos días, a cientos de kilómetros de Cerbère, en un lugar de Portugal cuyo nombre más tarde recordaremos, bastó que la mujer llamada Joana Carda hiciera una raya en el suelo con la vara de negrillo, para que todos los perros del más allá saliesen vociferantes a la calle, ellos que, repito, jamás habían ladrado. Si alguien le preguntara a Joana Carda a qué venía aquella idea suya de hacer una raya en el suelo con un palo, gesto más bien de adolescente lunática que de mujer cabal, si no había pensado en las consecuencias de un acto que parecía sin sentido, y ésos, recordadlo, son los que mayor peligro comportan, tal vez respondiera, No sé qué me ocurrió, estaba la vara en el suelo, la cogí e hice la raya, y no se le pasó por la cabeza la idea de que podría ser una varita mágica, Para varita mágica me pareció grande, y siempre he oído decir que las varitas mágicas están hechas de oro y cristal, con un halo de luz y una estrella en la punta, Sabía que la vara era de negrillo, De árboles sé poco, luego me dijeron que negrillo es lo mismo que olmo, ninguno de ellos tiene poderes sobrenaturales, ni cambiándoles el nombre, aunque para este caso estoy segura de que el palo de un fósforo habría causado el mismo efecto, Por qué dice eso, Lo que ha de ser, ha de ser, y tiene mucha fuerza, nada se le puede resistir, mil veces se lo he oído a la gente mayor, Cree en la fatalidad, Creo en lo que tiene que ocurrir.
En París se rieron mucho de las súplicas del alcalde, que parecía que estaba telefoneando desde una perrera a la hora de echarle el almuerzo a los animales, y sólo ante los ruegos insistentes de un diputado de la mayoría, nacido y criado en aquella comuna, por tanto conocedor de las leyendas y relatos locales, acabaron por mandar al sur a dos veterinarios cualificados del Deuxiéme Bureau, con la especial misión de estudiar el fenómeno insólito y presentar un informe y propuestas de acción. Entretanto, desesperados, apunto de ensordecer, los habitantes vagaban por las calles y plazas de la apacible estación balnearia, ahora estación infernal, sembrando docenas de bolas de carne envenenadas, método de simplicidad suprema cuya eficacia ha sido confirmada por la experiencia en todo tiempo y latitud. En total, sólo murió un perro pero bastó para que los supervivientes aprendieran la lección y, en un instante, ladrando y aullando, desaparecieron por los campos de los alrededores donde, sin motivo que lo justificara, se callaron al poco tiempo. Cuando al fin llegaron los veterinarios les fue presentado el triste Medor, frío, hinchado, tan distinto del feliz animal que acompañaba a la señora en sus compras, y que, por ser ya viejo, solía dormir al sol sin más cuidados. Pero como la justicia no ha abandonado aún por completo este mundo, decidió Dios, poéticamente, que Medor muriera de la albóndiga preparada por su ama bienamada, la cual, bueno es que se sepa, tenía en el pensamiento una cierta perra de la vecindad que no le salía del jardín. El mayor de los veterinarios dijo ante el fúnebre despojo, Vamos a hacer la autopsia, y realmente no valía la pena, pues cualquier habitante de Cerbère podría, si quisiera, testimoniar la causa mortis, pero el móvil oculto de la Facultad, como en la jerga del servicio secreto le llamaban, era proceder, disimuladamente, al examen de las cuerdas vocales de un animal que entre la mudez por muerte ahora definitiva y el silencio que parecía ser para toda la vida, tuvo unas horas de habla y pudo ser igual al común de los perros. Esfuerzo baldío, Medor ni cuerdas tenía. Se quedaron los cirujanos asombrados, pero el alcalde dio su opinión, administrativa y sensata, No es extraño, tantos siglos estuvieron los perros de Cerbère sin ladrar, que se les atrofió el órgano, y cómo es que, de repente, Eso no lo sé, no soy veterinario, pero nuestras preocupaciones se han acabado, los chiens han desaparecido, allí donde están no se les oye. Medor, descuartizado y mal cosido, fue entregado a su llorosa ama, como un remordimiento vivo, que es lo que son los remordimientos incluso después de muertos. Camino del aeropuerto, donde tomarían el avión para París, los veterinarios acordaron pasar por alto, en el informe, el intrigante suceso de las cuerdas vocales desaparecidas. Y parece que definitivamente, pues aquella misma noche empezó a rondar por Cerbère un can de tres cabezas, alto como un árbol, pero silencioso.
Cuando Joana Carda hizo una raya en el suelo con la vara de negrillo, todos los perros de Cerbère empezaron a ladrar, llevando el pánico y el terror a sus habitantes, pues se creía desde los tiempos más antiguos que, al ladrar allí animales caninos que siempre habían sido mudos, estaría pronto a extinguirse el mundo universal. Sobre cómo se había formado la arraigada superstición, o convicción firme, que es, en muchos casos, la expresión alternativa paralela, nadie hoy recuerda nada, aunque, por obra y fortuna de aquel conocido juego de oír el cuento y repetirlo con aire nuevo, las abuelas francesas solían distraer a sus nietos con la fábula de que, en aquel mismo lugar, comuna de Cerbère, departamento de los Pirineos Orientales, ladró, en eras griegas y mitológicas, un can de tres cabezas que al dicho nombre de Cerbero respondía si lo llamaba el barquero Caronte, su contratante. Otra cosa que tampoco se sabe es por qué mutaciones orgánicas habrá pasado el famoso y altisonante cánido hasta llegar a la mudez, histórica y comprobada de sus descendientes de una sola cabeza, degenerados. No obstante, y este punto de la historia pocos lo ignoran, sobre todo si pertenecen a la vieja generación, el Cancerbero, que así en nuestra lengua se escribe y debe decirse, guardaba terriblemente la entrada del infierno, para que de él no osaran salir las almas y, en consecuencia, quizá por misericordia final de dioses ya moribundos, se callaron los perros futuros para toda la restante eternidad, a ver si con el silencio se apagaba la memoria de la infernal región. Pero, no pudiendo lo de siempre durar siempre, como explícitamente nos ha enseñado la edad moderna, bastó que en estos días, a cientos de kilómetros de Cerbère, en un lugar de Portugal cuyo nombre más tarde recordaremos, bastó que la mujer llamada Joana Carda hiciera una raya en el suelo con la vara de negrillo, para que todos los perros del más allá saliesen vociferantes a la calle, ellos que, repito, jamás habían ladrado. Si alguien le preguntara a Joana Carda a qué venía aquella idea suya de hacer una raya en el suelo con un palo, gesto más bien de adolescente lunática que de mujer cabal, si no había pensado en las consecuencias de un acto que parecía sin sentido, y ésos, recordadlo, son los que mayor peligro comportan, tal vez respondiera, No sé qué me ocurrió, estaba la vara en el suelo, la cogí e hice la raya, y no se le pasó por la cabeza la idea de que podría ser una varita mágica, Para varita mágica me pareció grande, y siempre he oído decir que las varitas mágicas están hechas de oro y cristal, con un halo de luz y una estrella en la punta, Sabía que la vara era de negrillo, De árboles sé poco, luego me dijeron que negrillo es lo mismo que olmo, ninguno de ellos tiene poderes sobrenaturales, ni cambiándoles el nombre, aunque para este caso estoy segura de que el palo de un fósforo habría causado el mismo efecto, Por qué dice eso, Lo que ha de ser, ha de ser, y tiene mucha fuerza, nada se le puede resistir, mil veces se lo he oído a la gente mayor, Cree en la fatalidad, Creo en lo que tiene que ocurrir.
En París se rieron mucho de las súplicas del alcalde, que parecía que estaba telefoneando desde una perrera a la hora de echarle el almuerzo a los animales, y sólo ante los ruegos insistentes de un diputado de la mayoría, nacido y criado en aquella comuna, por tanto conocedor de las leyendas y relatos locales, acabaron por mandar al sur a dos veterinarios cualificados del Deuxiéme Bureau, con la especial misión de estudiar el fenómeno insólito y presentar un informe y propuestas de acción. Entretanto, desesperados, apunto de ensordecer, los habitantes vagaban por las calles y plazas de la apacible estación balnearia, ahora estación infernal, sembrando docenas de bolas de carne envenenadas, método de simplicidad suprema cuya eficacia ha sido confirmada por la experiencia en todo tiempo y latitud. En total, sólo murió un perro pero bastó para que los supervivientes aprendieran la lección y, en un instante, ladrando y aullando, desaparecieron por los campos de los alrededores donde, sin motivo que lo justificara, se callaron al poco tiempo. Cuando al fin llegaron los veterinarios les fue presentado el triste Medor, frío, hinchado, tan distinto del feliz animal que acompañaba a la señora en sus compras, y que, por ser ya viejo, solía dormir al sol sin más cuidados. Pero como la justicia no ha abandonado aún por completo este mundo, decidió Dios, poéticamente, que Medor muriera de la albóndiga preparada por su ama bienamada, la cual, bueno es que se sepa, tenía en el pensamiento una cierta perra de la vecindad que no le salía del jardín. El mayor de los veterinarios dijo ante el fúnebre despojo, Vamos a hacer la autopsia, y realmente no valía la pena, pues cualquier habitante de Cerbère podría, si quisiera, testimoniar la causa mortis, pero el móvil oculto de la Facultad, como en la jerga del servicio secreto le llamaban, era proceder, disimuladamente, al examen de las cuerdas vocales de un animal que entre la mudez por muerte ahora definitiva y el silencio que parecía ser para toda la vida, tuvo unas horas de habla y pudo ser igual al común de los perros. Esfuerzo baldío, Medor ni cuerdas tenía. Se quedaron los cirujanos asombrados, pero el alcalde dio su opinión, administrativa y sensata, No es extraño, tantos siglos estuvieron los perros de Cerbère sin ladrar, que se les atrofió el órgano, y cómo es que, de repente, Eso no lo sé, no soy veterinario, pero nuestras preocupaciones se han acabado, los chiens han desaparecido, allí donde están no se les oye. Medor, descuartizado y mal cosido, fue entregado a su llorosa ama, como un remordimiento vivo, que es lo que son los remordimientos incluso después de muertos. Camino del aeropuerto, donde tomarían el avión para París, los veterinarios acordaron pasar por alto, en el informe, el intrigante suceso de las cuerdas vocales desaparecidas. Y parece que definitivamente, pues aquella misma noche empezó a rondar por Cerbère un can de tres cabezas, alto como un árbol, pero silencioso.
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