- No dejes que el miedo te paralice. Ante las adversidades es fácil encontrar jefes y compañeros que utilizan el acoso, el maltrato o la amenaza. Planta cara, conoce tus derechos y aprende a moverte entre la asertividad y la discreción.
- Busca ayuda. En esta guerra vas a necesitar consejeros y aliados. Hay estructuras habilitadas. Si no hay clima de diálogo o no ves posible unas elecciones sindicales, acude a asociaciones, sindicatos o abogados e infórmate. Mira en internet, las leyes, convenios y estatutos están ahí.
- Habrá derrotas. No solamente vendrán desde arriba. Ojo con el derrotismo y la paranoia, a veces nosotros somos nuestro peor enemigo. Comprende tus circunstancias y las de los demás, aprende y sigue hacia delante. Busca la unión, olvida el ego, sé transparente y recuerda de qué lado estás.
- Descansa mucho, pero nunca te rindas.
- Acepta condiciones siempre a cambio de algo y asegúrate de dejar siempre las puertas abiertas a renegociaciones.
- Di burradas. La utopía traza el camino y las provocaciones nos hacen pensar. Ponernos metas ayuda a establecer prioridades.
- Diviértete. ¿Puede la lucha ser divertida? Sí. ¿De verdad no tengo que estar enfadado todo el rato? De verdad.
- No te acomodes. Incorporar a tu vida las negociaciones con compañeros, jefes y clientes la hará mucho más interesante.
- Asegúrate de que todo queda por escrito. Evita el teléfono y el pasillismo. Hazte una camiseta que rece “Burofax is sexy”.
- Ten paciencia. No vas a solucionar todos los problemas en un solo día, necesitarás una vida entera para explicarle a los demás que tienes derechos y que todavía quieres más.
fuente: http://www.revistacactus.com/queridos-culos-de-mal-asiento/
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